La humanidad está a punto de enfrentarse quizás a su mayor desafío, que es encontrar sentido a la vida después del final de la cita bíblica de ‘te ganarás el pan con el sudor de tu frente’. Necesitamos estar a la altura de las circunstancias y responder al desafío.
En varios artículos que tratan el tema de la automatización, podemos ver como es mas que probable que dentro de unos 50 años, o menos, la robótica pueda ser capaz de hacer funcionar sola, no una planta industrial, sino todo el entramado productivo humano en todos los campos, o casi todos.
Decir que ese es el desafío, es aceptar de antemano un molde social, y de hecho es perpetuar el mismo que tenemos ahora.
Y de perfecto no tiene nada, y que un doctor diga semejante cosa me asusta. Si las máquinas pueden liberarnos del trabajo es perfecto, y de todas maneras lo harán, liberarnos no sé, pero ocupar nuestro puesto de trabajo van a hacerlo y ya lo están haciendo ahora mismo.
En ese momento el dinero no servirá para nada, mejor dicho, paulatinamente el dinero dejara de ser un valor en si mismo cuando nadie lo desee.
Porque es posible con el adecuado consenso crear en esos momentos otra sociedad, una sociedad sin necesidades sin cubrir, bien vestida, alimentada, con casa o un lugar donde estés recogido y provisto de todo lo necesario.
Para esta tarea hará falta mucha imaginación y mas buena fe que eficacia, y lo mas interesante es
que esto esta ocurriendo ahora y es imparable, le pese a quien le pese.
Claro que antes pueden venir los tiempos oscuros, sombríos, ambiguos y distópicos que ya vemos.
La territorialidad, las luchas por el control de los recursos, los movimientos políticos y sociales, siempre envenenados, todo esto tan humano y tan animal esta relacionado con la escasez.
¿Tendrá sentido el comercio en un futuro así?.
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